Cuenta la gente de la comunidad de Tecolotlipa, municipio de Ixcapuzalco, que hace muchos años sucedió lo siguiente:
Una fiesta iba a celebrarse en la comunidad de Ixcapaneca, poblado situado a pocos kilómetros de ahí y perteneciente al mismo municipio. Toda la gente del pueblo de Tecolotlipa estaba emocionada, pues pensaban asistir a dicha fiesta, ya que la mayoría de ellos tenía amigos y familiares en ese lugar donde se iba a realizar el festejo.
Una muchacha llamada Antonia se encontraba entusiasmada por ir a ese lugar, así que le pidió permiso a su mamá para que la dejara asistir a ese evento, pues sus amigos Ana, Paula y Andrés la habían invitado para que los acompañara, diciéndole que tratarían de llegar no muy noche. La mamá de Antonia no quiso darle permiso, pues le dijo que era peligroso andar de noche por esos lugares. La joven se entristeció mucho, pues tenía enormes deseos de ir a esa fiesta y divertirse en compañía de sus amigos.
Cuando el sol empezaba a ocultarse tras las montañas, todos se fueron a dormir, pues en aquellos tiempos no había luz y en los poblados acostumbraban acostarse muy temprano. Antonia aprovechó esos momentos y saltando por la ventana de su cuarto fue a buscar a sus amigos para decirles que se fueran solos, pues ella no podría ir con ellos, ya que su mamá no le había dado permiso. Sus amigos se entristecieron al saber que ella no iba a poder acompañarlos. Entonces, uno de ellos sugirió que aprovechara que su mamá se encontraba durmiendo y se escapara a escondidas para irse con ellos. La joven dijo que así lo haría pero que, antes, le dejaría una nota a su mamá, diciéndole que lo sentía mucho, que se iba a la fiesta con sus amigos y que procurarían llegar temprano.
Así lo hicieron, y todos se fueron muy contentos a Ixcapaneca. Pero su madre, que estaba intranquila, fue a asomarse a su cuarto, tocó la puerta y al ver que no contestaba, abrió; entonces se dio cuenta de que la cama estaba vacía y que su hija no se encontraba en el cuarto. En ese instante descubrió el recado que su hija le había dejado, y al leerlo su enojo fue tan grande que, sin medir las consecuencias, maldijo a su hija diciendo: “yo te maldigo por desobediente, y en cuanto llegues aquí, en piedra te has de convertir”.
Y como dicen que la bendición o maldición de una madre es muy poderosa, al momento en que su hija iba llegando a casa, la madre salió a maldecirla de nuevo, y sucedió que en ese mismo instante Antonia quedó convertida en estatua de piedra. Al mismo tiempo que esto pasaba, su mamá se desintegró instantáneamente, quedando reducida en un montón de tierra. Dicen que esto que le sucedió fue un castigo divino por haber maldecido a su hija.
Cuenta la leyenda que desde entonces a esa estatua se le conoce como “La piedra parada”, y que sólo podrá obtener el perdón de su madre y liberarse de la maldición hasta que llegue caminando a la iglesia de San Francisco de Asís de Ixcapuzalco, y una vez ahí le pida perdón a su madre y a Dios.
Algunas personas han intentado desenterrar a esa estatua de piedra, pero al empezar a excavar a su alrededor se topan con pura piedra y ya no pueden continuar, pues si lo hacen, la estatua se entierra más profundamente. Es por eso que ahora se ve más pequeña, pues cuentan que anteriormente estaba como del doble de su tamaño actual.
Dicen los lugareños que por cada año que transcurre la estatua avanza un paso, y que así, poco a poco, va caminando, tratando de llegar a la iglesia mencionada para liberarse de la maldición y así recuperar su forma humana y a la vez lavar su pecado. Muchos aseguran que ese paso lo da cada 24 de junio, el día de San Juan. También cuentan que algunas personas ya han ido en esa fecha, para tratar de comprobar si en verdad se mueve dando un paso, pero justo minutos antes de la media noche se quedan dormidos por un rato, como bajo el influjo de un extraño poder, y cuando despiertan la estatua ya ha caminado un paso. Aunque dicen que no da un paso normal, sino que lo hace como dando una vuelta, y al quedar de nuevo de frente, sólo avanza lo que mide uno de sus pies, pues es como si pusiera un pie pegado al otro. Algunos cuentan que en esa fiesta ella quedó embarazada y que por ese motivo su pecado es doble, pues la maldición también alcanzó a su hijo.
Nota:
Algunas personas dicen que la joven se llamaba María, otras que Rosa, etc., y que vivía en Yahualtengo, mientras que otros afirman que era de Tepatulco, otros más que de Tecolotlipa, y algunos dicen que de Puerto Hondo. Para el caso, el nombre y el lugar son lo de menos, pues al paso de los años se fue desvirtuando la información exacta sobre su nombre y su lugar de origen.
Lo único cierto es que todos coinciden en que la muchacha se convirtió en piedra por una maldición de su mamá. Y según mis investigaciones, es muy poco probable que su origen sea Yahualtengo, pues esa comunidad está muy lejos de donde se encuentra la estatua, en un cerro lejano que se ubica al oriente de “La piedra parada”. Desde Yahualtengo podría llegar fácilmente a Ixcapuzalco sin el rodeo innecesario de atravesar el alejado punto donde actualmente se encuentra. En cambio, ahí a pocos metros de la estatua, al poniente, está situada la comunidad de Tecolotlipa, pegada a ésta se encuentra Puerto Hondo y hacia el norte, muy cerca, se encuentra Tepatulco. Inclusive, a escasos doscientos metros, hay un guamúchil en un llanito, y cuentan los lugareños de las comunidades antes mencionadas que en ese lugar estaba ubicada la casa de la muchacha que se convirtió en piedra. Es por eso que aseguran que provenía de una de las tres comunidades cercanas a la estatua, aunque la mayoría de ellos opina que era de Tecolotlipa, tal como se indica al inicio de la leyenda.
Para corroborar lo anterior, anexo fotos de la estatua y de las comunidades mencionadas.
Yahualtengo, lejano, al fondo. |
El autor, junto a La piedra parada |
El autor, junto a sus dos guías |
Entre estos dos árboles habría estado la casa de Antonia; al fondo abajo Puerto Hondo |
Tecolotlipa |
Iglesia San Francisco de Asís, en Ixcapuzalco |
me gusto la piedra parada,pero como es posible que una piedra este de esa forma sera natural o sera artificial o tal vez pueda ser una antigua estatua de una tribu muy antigua que vivía en ese lugar solo deje algunas teorias. saludos =)
ResponderEliminarEso es lo fantástico de esta hermosa figura de piedra, Erick Rivera: su peculiar forma nos invita a reflexionar sobre su origen, ¿es natural o fue labrada por manos humanas? Sin duda pensar en ambas posibilidades puede ser fascinante. Y no exageras cuando piensas que alguna cultura antigua pudo ser su creadora, pues en nuestra región han habitado culturas misteriosas de las que conocemos muy poco, como la de los chontales.
EliminarSi te interesa, en un comentario aparte dejaré un texto que un colega escribió para presentar este libro. Saludos.
*Los chontales, cultura misteriosa de Teloloapan*
ResponderEliminarLa historia de Teloloapan está poblada de misterio, de tragedia, de heroísmo, de imaginación... ¿Quiénes fueron nuestros antepasados? ¿Quiénes habitaron las tierras en que hoy vivimos? ¿Cuál fue aquella misteriosa cultura que floreció en #Teloloapan?
Conócelos. La respuesta es tan trágica como misteriosa.
En la prehispanidad, después de la sedentarización de los grupos nómadas semibárbaros, floreció en Teloloapan una misteriosa cultura que sólo surgió en el norte de Guerrero: los chontales de Guerrero.
Si bien los poblados chontales llegaron hasta Cocula y algunos puntos de Tepecoacuilco, sus tres principales bastiones se fundaron en los señoríos de Teloloapan, Alahuixtlán y Oztuma (este último cerca de Acapetlahuaya), que conformaron la poderosa alianza chontal, quienes ejercieron influencia sobre el territorio que comprende el actual distrito político y judicial de Teloloapan.
Esta misteriosa cultura sin embargo desapareció trágicamente en el siglo XV de nuestra era, y con ella se extinguieron su lengua, sus dioses, su cosmovisión, su ciencia, sus historias, sus leyendas y hasta los nombres originales de sus pueblos (Teloloapan, por ejemplo, fue bautizado así por los aztecas en el repoblamiento).
De ellos no nos quedó nada, salvo una imponente fortaleza militar descubierta en el actualmente despoblado y fantasma Oztuma. Ninguna otra construcción sobrevivió al tiempo, probablemente aún sepultadas entre el polvo y la vegetación de cerros comunes y corrientes.
Nuestro desconocimiento sobre esta cultura es de tal grado que incluso no sabemos cómo llamarlos correctamente, pues "chontales" es en realidad un término con el que los aztecas llamaban a los extranjeros, por lo que desconocemos cómo se llamaban a sí mismos. La historia ha sido tan injusta con ellos que aún siglos después seguimos llamándolos los "extranjeros".
Una sola cosa podemos afirmar: la chontal fue una próspera cultura de trabajo y de paz que, llegado el momento, prefirió morir en la guerra antes que rendir tributo a señores y dioses invasores. Ninguna lección de honor y orgullo mejor que ésta.
En honor de tan distinguidos antepasados se dedican algunas historias de este libro, obra del escritor teloloapense Mario F. Delgado Castro.
-Colaboración escrita por @Akterdoch*
Me pidieron de tarea esta leyenda, pero hay muchas versiones, así que... ¿Cuál debería elegir?
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